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LA VOZ DE ALCAINE

El baúl de los recuerdos (4)... EL PUENTE DE VAL DEL AGUA

El baúl de los recuerdos (4)... EL PUENTE DE VAL DEL AGUA

El puente, construido en 1934,  rompió el aislamiento de Alcaine

La intrincada orografía del pueblo de Alcaine, situado en las estribaciones del Sistema Ibérico y rodeado por las hoces de los ríos Martín y Radón, ha dado a nuestra localidad una singular característica desde tiempos inmemoriales: su aislamiento, con todo lo que conlleva de positivo y negativo. La comunicación con otras poblaciones o el acceso a los lugares de trabajo agrícola, siempre ha sido especialmente penosa, realizada por sendas o caminos ganados a las duras rocas en terrenos sumamente escarpados y con fuertes ascensos o descensos para cruzar barrancos y cauces o incluso acceder al mismo pueblo. Por eso, cuando se construyó en 1934 el puente sobre el río Radón, a apenas 3 Kms. de la localidad -en el paraje conocido con Val del Agua- que posibilitaba cruzar el cauce del río que transcurre por el quebardo terreno, fue una noticia acogida con extremada satisfacción y entusiasmo. El contratista de la obra  fue el turolense Eliseo Rodríguez. Sorprende aún hoy en día, descender con cuidado al barranco, y observar el buen estado de esos pilares que apenas delatan signos de erosión a pesar de los años pasados. El puente, a base del pórtico Cantilever, consta de un entramado de 22 metros de largo y una anchura de 6 metros -más uno de acera- que está sostenido por 4 pilares huecos de hormigón (al no ser el Radón un río excesivamente torrencial) dispuestos en dos parejas y ménsulas de 5 mtrs. desde dichos ejes. La altura de las columnas alcanza los 15 mtrs. siendo su perímetro de 6,35 mtrs. La anchura existente estre los dos pares de pilares es de 12 metros. De parecidas características de construcción es el puente de Vinaceite sobre el río Aguas Vivas. El ingeniero J. J. Gómez-Cordobés, en la Revista de Obras Públicas de 1962, nos ofrece algunos detalles más sobre el puente de Alcaine: "Ambos puentes están construídos con hormigón armado y el mismo molde o encofrado, que siguió utilizándose para la construcción de otros puentes hasta que comenzó la guerra, durante la cual los tableros que lo integran pasaron a prestar servicio militar".
Durante los varios meses que duró la obra, en la que llegaron a trabajar más de 20 empleados de Alcaine y de otras localidades, era lógica la expectación creada y las visitas para observar su avance. Incluso algunas cuadrillas de críos y crías del pueblo acudían caminando por las tardes a las eras de Val del Agua a jugar y observar a los trabajadores. De igual manera fueron varios los responsables de la construcción que acudían a Alcaine a comer y dormir. Uno de ellos era  Francisco Rodríguez Martínez, hijo del contratista (le ayudaba ocasionalmente en la obra, ya que era maestro en un pueblo de Teruel) y que se hospedaba en casa de Juana "la Huevas" en la calle de Medio que, al ser viuda contaba con espacio de sobras y alquilaba habitaciones. Se dio la coincidencia de que allí también se hospedaba Concepción Martín Isarte, natural del pueblo castellonés de Cortes de Arenoso, que ejercía de maestra en Alcaine. Fruto de esa coincidencia, el trato y el mutuo conocimiento, surgió el idilio y posterior matrimonio entre estas dos personas y que hemos podido conocer gracias al hijo de ambos J. A. Rodríguez Martín, catedrático de Piano del Conservatorio Superior de Música de varias ciudades, que hace unos años facilitó al Ayuntamiento de Alcaine valiosas fotografías (algunas de las cuales publicamos aquí en LA VOZ) de la construcción del puente de Alcaine. Una vez construído se realizaron varias fiestas por grupos de alcaineses que acudían a celebrar el fin de la obra (como la que publicamos, celebrada junto al corral del tio Juan José "El Lorente" en la curva de Val del Agua). En la actualidad el paseo por la carretera hasta el citado puente es uno de los recorridos predilectos de grupos de hombres y mujeres de Alcaine que hacen ejercicio al mismo tiempo que se deleitan con animadas charlas o con la observación de las montañas, el aroma de las plantas o el avistamiento de aves y cabras monteses que salpican el bello y curvilíneo recorrido.

     Ver fotos de la construcción en 1934           Vista actual del puente

 

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