Ventanas, ventanales y ventanucos de Alcaine

Ya en otro artículo hablamos de las puertas, de la variedad de puertas de Alcaine. Hoy proponemos un recorrido por su singular casco urbano fijándonos en otro elemento constructivo de las casas que merece la pena descubrir: las ventanas. Ventanas ovaladas, cuadradas, rectangulares, diminutas -que han sido ganadas al ancho muro en épocas remotas- ventanas de una sola hoja, ventanas de madera sin cristal, ventanas sin cubreventanas, ventanas de rejas, ventanas tapiadas, huérfanas de luz. Ventanas a las que asoma todo tipo de vida (personas, plantas, flores, animales de corral y domésticos), ventanales de balcón de laboriosa madera trabajada, orgullo y estirpe en su tallado que se enseñorea -aún hoy en día- de todo su esplendor. Ventanas pobres de madera y de luz, en un intento de mantener penumbra y temperatura en antiguos graneros. Ventanas a ras de suelo para ventilar subterráneas bodegas que antaño atesoraban preciados caldos, cuando el vino era un alimento nutritivo más, moneda de trueque y producto de venta a particulares y tratantes. Ventanas de horno, de molinos, ventanas de iglesia, ventanas de cárcel. Ventanas solidarias desde las que, antiguamente, en las calles estrechas se colocaba una caña de una casa a otra para tender la ropa o colgar a secar alguna hortaliza. Ventanas de relación, de vecindad, de amistad... en las que  hoy en día es fácil ver como -por las mañanas- se llaman unas vecinas a otras para saber cómo se encuentran  y darse los buenos días. Ventanas, en definitiva, abiertas a la  vida.

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Ampliar foto de ventanas de Alcaine

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