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LA VOZ DE ALCAINE

Se retira un gran tronco que obstaculizaba el paso del agua en un pozo del barranco del Cubo

Se retira un gran tronco que obstaculizaba el paso del agua en un pozo del barranco del Cubo

Dos vecinos de Alcaine consiguen quemar y serrar el chopo seco, no sin dificultad

 

Son dos de las características principales de Alcaine: la unión de los vecinos y el amor por su pueblo. Así que no es de extrañar que a menudo colaboren realizando trabajos de forma altruista con el fin de conseguir un bien para el disfrute de todos: limpieza del manantial Las Fuentes, cuidado de senderos, retirada de piedras caídas en la carretera, etc. Y en esta ocasión han sido dos de ellos (Víctor y Cipriano) los que se confabularon para acudir a uno de los parajes más visitados de Alcaine -el barranco de la cascada del Cubo- para intentar retirar un gran árbol, arrastrado por una riada, que llevaba meses encajonado en uno de los saltos de agua de un gran pozo situado al principio del sendero de acceso al barranco. Era cuestión de aprovechar unas semanas sin lluvias y con agua escasa en el barranco. Debido a su tamaño y posición difícil- encastrado entre las rocas- y por abajo situado a más de 6 metros de altura, se valoraron diversas formas de actuación para retirarlo y se optó por la menos arriesgada: prender fuego a la base del árbol retenida en la parte superior del estrecho de roca (sin peligro al no haber vegetación) para que así cayera el resto del tronco al pozo donde poder ya actuar para retirarlo. Una vez se logró que tomara el fuego y consumiera parte de los más ancho que estaba atorado, se ató con una soga desde abajo y estirando con fuerza se desprendió. Una vez logrado eso ya sólo quedaba ir cortándolo a trozos con la motosierra para poder dejar limpio todo y que se pueda disfrutar de ese salto de agua que junto al Cubo es de los más bonitos del recorrido.

Se requirió toda una mañana para poder realizar la tarea ya que se encuentra a varios kilómetros del pueblo y tuvieron que acercar por el estrecho sendero cuerdas, hacha, motosierra y gasolina… pero, con voluntad nada es imposible. Lo único que lamentan (en tono jocoso) es «no habernos llevado almuerzo, así podríamos haber aprovechado para asar panceta o algún chorizo ya que, desde la mañana, llegamos cerca de las dos a casa«.

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