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LA VOZ DE ALCAINE

El río Martín, en Alcaine... un espléndido ecosistema

El río Martín, en Alcaine... un espléndido ecosistema

El paseo por la ribera del Martín: un gozo para los sentidos

 

El cauce y la ribera del río Martín, en Alcaine (Teruel), es un completo ecosistema fluvial de una belleza asombrosa: a veces aprisionado entre verticales paredes rocosas más o menos estrechas (lo más espectacular son sus hoces) y otras en amplios paisajes abiertos donde encontramos las huertas, campos o matorrales. El paseo por ese espacio y, principalmente, el que delimita la zona que va del manantial Las Fuentes (renacimiento del río Martín) hasta la cola del embalse de Cueva Foradada nos hará percibir una variedad de sensaciones que es necesario aprovechar. Es un paseo corto y con andar sosegado, deteniéndonos para disfrutar del entorno, recomendamos observarlo todo con detenimiento: la sin par orografía del terreno, los viejos chopos cabeceros ya con signos evidentes de abandono por la falta de tala de sus enhiestos troncos, la vegetación que acompaña al cauce en su transcurrir y la fauna que en torno al río siempre es más abundante (fauna propia y atraída por la presencia del vital líquido elemento).
Hay que disfrutar de cada instante, de cada tramo del recorrido, del frescor, del ambiente húmedo, de los variados olores que inundan nuestra pituitaria y del persistente y variable sonido del agua en su devenir: en tramos lisos apenas un rumor imperceptible, un siseo de agua rota al golpear algunos cantos rodados que se interponen en su camino, un sonido que se recompone y toma fuerza hasta convertirse en un estruendo violento cuando el agua se precipita por el desnivel del salto de El Gradillo y rompe contra las rocas... y entonces superado el obstáculo torna su leve glogotear abriéndose paso en la explanada camino del mar de agua del pantano.
En ese recorrido acompañados del concierto de los mirlos, el repetido trino silbante del martín pescador, los agudos gorjeos del petirrojo, el tamborileo del pito real,los zureos de las palomas y el silbido de las oropéndolas, conviene fijarse en la fauna piscícola del río Martín porque a veces tendremos la oportunidad de admirar el salto de las madrillas con el fin de capturar a los insectos que se encuentran fuera del agua, los barbos o los grupos de carpas que en perfecta sincronía (la foto es una buena muestra) nadan en todas direcciones, se agrupan, se dispersan, celebran con alborozo su encuentro, casi rozando con su plateada región ventral las piedras del lecho del río.

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