La Piedra del Amor, de Alcaine, una de las 100 Piedras singulares de Teruel
El libro de Pilar Catalán y Javier Magallón referencia 100 formaciones pétreas sorprendentes de la provincia de Teruel
La editorial Prames acaba de publicar este mes el libro LÍTICA 100 PIEDRAS SINGULARES DE TERUEL, un recorrido por la provincia de Teruel pero con la mirada puesta en las rocas para recoger un centenar de piedras, de otras tantas localidades, que destacan por su valor de culto, historia geológica, formas, leyenda, imaginario colectivo... y que gracias a su publicación saldrán del reducido conocimiento local. Pilar Catalán y Javier Magallón son los autores del libro -que cuenta con prólogo de Javier Sierra, Premio Planeta de novela 2017- y que motivados por su pasión por la aventura y la naturaleza han trabajado recorriendo el territorio, recuperando información con sus pobladores, hasta completar esta interesante publicación con mapas y fotografias de esas piedras singulares. El libro referencia rocas de 100 localidades entre las que -además de la de ALCAINE- de nuestro entorno se encuentran: Alacón (la Botica del Infierno), Obón (el Peirón del Carnerón), Oliete (la Puerta del Sol), Martín del Río (El Diablo), Escucha (la Piedra del Fraile) y Estercuel (la Ciudad de las Cúpulas).
En ALCAINE, de las varias piedras singulares (la histórica La Pica o la del Cantal del Tormo), eligieron la PIEDRA DEL AMOR que engloban dentro de los Ritos Populares. Situada en la carretera de acceso al pueblo -a poco más 200 metros- se trata de una inclinada gran lastra de roca calcárea que, desde hace varios lustros era punto de reunión de cuadrillas de jóvenes en los atardeceres sobre todo de verano, donde se recostaban para mirar las estrellas, hablar, escuchar música, compartir sueños, planear futuros y de donde han surgido parejas efímeras, otras estables y distintos tipos de historias de amor. ¡Si las piedras hablaran!. La pena es que debido a la mejora de la carretera, hace unos años, se enterró parte de la misma al acumularse grava y tierra. Quizá sería el momento de recuperarla... ayudas para que brote el amor serán siempre necesarias.
El libro, no cabe duda de que -como refiere Javier Sierra en su prólogo- incita a aprender a leer el paisaje para encontrar su alma y afirma: "es un recorrido evocador y lleno de claroscuros que, a buen seguro, acompañará mis próximas incursiones al Teruel que me vio nacer".
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