Chopos cabeceros de Alcaine
Un árbol parte del paisaje y el patrimonio cultural
El río Martín recorre de sur a norte el territorio partiendo el término de Alcaine y en su sinuoso trazado desde Obón, va surcando estrechos roquedales hasta encontrar espacio para serenar su cauce al incorporarse a la cola del embalse de Cueva Foradada. En sus orillas una vegetación de ribera cubre el espacio y en ella destacan enhiestos y vigilantes la hilera de chopos cabeceros perfectamente alineados junto al curso del río. Los chopos cabeceros eran plantados por los agricultores ya que los troncos rectos eran talados para utilizarlos como vigas en las construcciones de casas, corrales y pajares (práctica que se ha abandonado en el último medio siglo). Como se cortaban las ramas el árbol mantenía su crecimiento produciéndose un continuo engrosamiento del tronco alcanzando algunos ejemplares un tamaño monumental. En Alcaine quedan algunos grandes y viejos chopos de ribera pero el cese de esa actividad, el viento, las plagas y el abandono está ocasionando la pérdida paulatina de esos ejemplares. Los chopos cabeceros cuando son viejos o se dañan sus troncos y ramas agrietándose, comienzan a ahuecarse convirtiéndose en perfectos refugios para la fauna avícola y mamífera del entorno manteniendo la biodiversidad. Hay que recordar que esos chopos, al igual que los nogales o nogueras, están protegidos a nivel provincial por lo que actualmente para su tala se requiere una autorización especial.
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francisco -