Rincones de Alcaine (7): la plaza de La Planeta
Un vecino transforma un solar con escombros en una bella plaza
Una vez llegados a la población de Alcaine alcanzamos de forma natural, el edificio consistorial y la plaza. Bajando por la calle San Ramón desembocamos en la de Cuatro Esquinas (cruce de calles que nos pueden llevar a las cuestas de bajada al río por San Ramón o San Valero). Desde ese cruce siguiendo recto por la Subida de la Planeta llegamos hasta nuestro destino. Allí podemos asomarnos a un mirador que nos ofrece una magnífica vista del río, de La Solana y del barranco de La Embrigüela. Pero, volviendo sobre nuestros pasos, en la misma Planeta se encuentra el último tramo de calle habitado hasta alcanzar El Serrallón. La Planeta, junto con las casas de La Nevera, está situada en una de las zonas más elevadas del casco urbano de Alcaine que se arracima sobre la ladera en la que se asienta acomodándose a los desniveles de la montaña.
Y es ahí, en este tramo, donde el vecino Jerónimo Pomar ha mostrado su habilidad artesanal arreglando ese tramo de calle y el entorno. Su mérito es haber cambiado con sus manos y su trabajo la fisonomía de ese enclave y tornar un solar con restos de una casa derruída en una coqueta plaza, sin duda uno de los rincones particulares urbanos más bellos del pueblo. Con losas areniscas traídas de diversos puntos de Alcaine pavimentó su tramo de calle y acondicionó el solar transformándolo en un rincón muy acogedor.
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